Por
Miranda Vasíliev
Se
cree que la única solución para restablecer el orden de las tribus
es volver a la estética de los años 90. Sólo así volveremos a
encauzarnos.
Madrid, 16 de
junio de 2013. Es por todos conocido el refrán de “el que mucho
abarca, poco aprieta” y esto es justamente lo que ha sucedido en la
agencia madrileña Vermúz. Quisieron sacar una campaña que llegara
a todo el mundo, mas el resultado fue inesperado. El target ha sido
tan amplío que ha terminado por confundir a las masas. Como si de un
efecto hipnótico se tratase la gente ronda por las calles perdida.
El primer caso se dio en Vélez-Málaga cuando un hipster recién
llegado de Madrid quiso solicitar una plaza en un conocido gimnasio
de boxeo, ubicado en uno de los polígonos mas peligrosos de ésta
localidad. Aunque quizá el caso más sonado es el del gótico que
ganó una batalla de gallos, con rimas de Alan Poe. Esta mezcolanza
en lugar de unirnos como sociedad ha desencadenado el caos. Los
responsables de la campaña no entienden qué ha podido fallar, ya
que dicen haber usado la “mismísima” estrategia que Copa Cola.